Ahora se habla mucho de que si la generación Y, la generación X,… Yo lo llamaría la generación “click”.
Lo queremos TODO y lo queremos YA, como decía la canción. No estamos dispuestos a esperar cinco minutos a que baje una foto en la ventana del navegador, ni a esperar días o semanas a que llegue una carta. No queremos esperar a que nuestros amigos o familiares lleguen a casa para poder hablar con ellos por teléfono. No esperamos a leer el periódico para enterarnos de las noticias del día.
Ahora se habla del síndrome de atención parcial continua o APC (ver: http://humanresources.blogs.ie.edu/). Parece que nos sentimos obligados a estar disponibles, conectados, que somos incapaces de concentrarnos en nada demasiado tiempo. Los sacrificios personales están mal vistos, somos egocéntricos, egoístas, creemos que todo es posible aquí y ahora porque es lo que nos han vendido. Palabras como esfuerzo, trabajo, sacrificio, dedicación, tiempo, han desaparecido del vocabulario políticamente correcto. Ahora se lleva el éxito fácil, ser joven, guapo, rico y tener éxito. Y si no, ¿por qué miles de chavales se presentan a castings para operaciones triunfo, grandes hermanos y compañía? Está de moda el dinero fácil, el triunfo rápido y sin esfuerzo.
Quiero romper una lanza a favor de la espera, del anhelo, de la paciencia. Y del sacrificio, del esfuerzo, del trabajo duro, de los fracasos, del aprendizaje, y de todos esos conceptos que ahora ya son casi, casi considerados románticos.
Que conste que no estoy diciendo que no me guste la tecnología, que no me guste poder estar conectada con el mundo entero desde mi salón, que no me guste conseguir lo que quiero sin demoras. Pero también soy consciente de que hay cosas por las que merece la pena esperar.
Eso sí, cariño, el sábado no te escapas…
Lo queremos TODO y lo queremos YA, como decía la canción. No estamos dispuestos a esperar cinco minutos a que baje una foto en la ventana del navegador, ni a esperar días o semanas a que llegue una carta. No queremos esperar a que nuestros amigos o familiares lleguen a casa para poder hablar con ellos por teléfono. No esperamos a leer el periódico para enterarnos de las noticias del día.
Ahora se habla del síndrome de atención parcial continua o APC (ver: http://humanresources.blogs.ie.edu/). Parece que nos sentimos obligados a estar disponibles, conectados, que somos incapaces de concentrarnos en nada demasiado tiempo. Los sacrificios personales están mal vistos, somos egocéntricos, egoístas, creemos que todo es posible aquí y ahora porque es lo que nos han vendido. Palabras como esfuerzo, trabajo, sacrificio, dedicación, tiempo, han desaparecido del vocabulario políticamente correcto. Ahora se lleva el éxito fácil, ser joven, guapo, rico y tener éxito. Y si no, ¿por qué miles de chavales se presentan a castings para operaciones triunfo, grandes hermanos y compañía? Está de moda el dinero fácil, el triunfo rápido y sin esfuerzo.
Quiero romper una lanza a favor de la espera, del anhelo, de la paciencia. Y del sacrificio, del esfuerzo, del trabajo duro, de los fracasos, del aprendizaje, y de todos esos conceptos que ahora ya son casi, casi considerados románticos.
Que conste que no estoy diciendo que no me guste la tecnología, que no me guste poder estar conectada con el mundo entero desde mi salón, que no me guste conseguir lo que quiero sin demoras. Pero también soy consciente de que hay cosas por las que merece la pena esperar.
Eso sí, cariño, el sábado no te escapas…
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