Hoy he leído en el foro de la FMK que han cesado a Pepe Pérez y me he quedado muy sorprendida. Las elecciones a la presidencia de la Federación Española de Karate se acercan, y el hecho de que aparezca una candidatura nueva ha puesto nerviosos a algunos.
Siempre he defendido la democracia. Quizá no sea un sistema perfecto, pero sí que es el que hemos elegido entre todos para definir nuestros órganos de gobierno, sean los que sean.
Ingenua de mí, siempre he creído que tener alternativas es algo bueno y que las candidaturas únicas a las elecciones indican una tremenda falta de salud de un país, de una autonomía o de una organización. Siempre he creído que tener, al menos, dos opciones, es un indicador de que el sistema funciona. De hecho, siempre he pensado que el custodio del poder se ve reforzado al tener una oposición a la que enfrentarse de forma limpia, transparente y ética.
Me equivocaba. Los que ostentan el poder, un poder que les ha sido concedido en las urnas, por personas que han confiado en sus capacidades de gestión y en su valía moral y ética, muchas veces decepcionan por sus actos. Algunos, una vez instalados en un sillón, un despacho, una poltrona, o llámese como se llame, no quieren dejar el cargo bajo ningún concepto y aprovechan su puesto para eliminar cualquier rastro de rebeldía u oposición a su mandato.
Se les suele llamar dictadores, caciques, tiranos, autócratas, déspotas. Ejercen un poder único, totalitario, absolutista, casi como si se creyeran imbuidos de una especie de gracia divina.
Por desgracia para todos los que amamos el karate, el presidente de nuestra federación, la de todos, ha decidido abusar de su posición y cesar a Pepe Pérez del cargo de Director del Departamento Nacional de Arbitraje. Esta decisión coincide con la presentación de la candidatura de Pepe a las elecciones que se celebrarán antes del verano.
En efecto, en la última asamblea de la Federación, Pepe hizo oficial su candidatura anunciándola en público y acallando los rumores que circulaban por los pasillos. Fue una actuación honesta y leal. Ha avisado con tiempo, lo ha hecho de forma clara y trasparente, expresando su deseo de ocupar la presidencia ganándosela en las urnas.
Me quedo sin calificativos para este cese. Me parece una decisión pueril, revanchista, de una inmadurez que clama al cielo, indicativa de la inseguridad y la falta de talla moral del que la ha tomado.
No por cesar a alguien de su cargo se va a evitar que exista oposición. De hecho, esa decisión unilateral, sin razón ni explicaciones, puede tener justo el efecto contrario, y es abrir los ojos de los votantes sobre la falta deontología de los que dirigen la federación.
Me alegro de que haya dos candidaturas diferentes. Me alegro de que el sistema democrático vaya a funcionar una vez más. Pero por encima de todo, me alegro por no tener que decir eso de “Que gane el mejor”, porque está claro quién se lo merece.
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PS: Se me puede acusar de partidista, y no lo negaré, pero por encima de mis preferencias personales, me siento obligada a denunciar una situación que me parece injusta. Lo que está mal está mal, venga de quien venga.