viernes, 11 de mayo de 2007

¿Tienes frío o te alegras de verme?

Cuando alguien te pregunta esto, tienes tres opciones, o ponerte colorado, o esconder a los culpables, o sacar pecho y hacer como que no has entendido la alusión a los dos pezones, duros como garbanzos, que te traicionan a través de la ropa.

Y es que el lenguaje no verbal es traicionero.

Podemos controlar una parte de los gestos que hacemos, si nos concentramos mucho, es como controlar la respiración o el parpadeo, si te fijas en ello, puedes controlar la cadencia. Pero cuando estas distraído o pensando en otras cosas, son movimientos automáticos. Y afortunadamente, porque si no moriríamos asfixiados o se nos caerían los ojos.

Con otros gestos pasa lo mismo, solo que esos no están controlados por el sistema parasimpático (que es el responsable de que respires y te lata el corazón) sino por el subconsciente. ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido frotándonos las manos, jugando con un bolígrafo, rascándonos la nariz, o una oreja, o lo que sea, mientras estábamos hablando con otra persona?

Cuando digo que soy tímida muchas veces la gente no se lo cree. Hace años que trabajo seriamente para desarrollar un sucedáneo de desparpajo que da el pego si no se me conoce mucho, pero hay algo que no puedo controlar, y es que me sonrojo con cualquier cosa. Mero eufemismo, porque mi cara se vuelve colorada como una sandía madura, y si la cosa va a más se torna berenjena oscuro.

El día que decidí que nunca copiaría en un examen fue porque me había hecho un resumen de las fórmulas de física que me tenía que aprender y me lo había guardado en un bolsillo. Me acordé en mitad de la prueba y el rubor de mis mejillas fue tal, que me echaron por hacer trampas, yo que lo único que había hecho fue pensar en que tenía algo que podía inducir a error al vigilante del examen… Al final se aclaró todo, pero habría dado cualquier cosa por poder controlar el color de mi piel.

Por eso, quiero aclarar desde aquí que no siempre me pongo colorada por lo que hago, o digo, o me dicen. Muchas veces es por lo que pienso, sobre todo si el interlocutor es un caballero sexy, agradable y simpático. Esto da pie a muchas risas y chistes fáciles, pero lo que me dan ganas de decir es que seguramente también él se pondría colorado si supiera en qué estoy pensando yo.

5 comentarios:

  1. Curioso que el sistema que se encarga de todos estos actos "inconvenientes" se llame simpático en alguna de sus variantes.
    Seguro que al interesad@ no le hace ninguna gracia :-)))))

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  2. Lo que realmente sería interesante es que realmente nadie pudiera controlar sus reacciones y se sonrojase todo aquel que tuviera algún motivo, ¿no?

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  3. A veces sobre-actuamos y pasamos deprisa. Otras se nos pilla. O sonrojados, medio sopas, hasta el gorro....
    Yo soy tímido de nacimiento y de tanto sobre actuar tengo rasgos tan comerciales como autistas. Necesito estar callado, en soledad, mucho rato, y no puedo con los silencios cuando estoy con gente...

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  4. ¿Y qué decir de una reacción tan primaria como la "carne de gallina"?
    En estos tiempos feroces en los que vivimos, raro es el día en el que en algún momento no tengo esa reacción para las cosas terribles y más raro es el día en que la tengo para las cosas bellas.
    Echo de menos mi antigua capacidad de asombro...

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  5. Menos mal que por lo menos algo simpático queda en este mundo. Cierto es que el lenguaje corporal no se puede controlar, pero no menos cierto es que cada uno tenemos nuestro propio lenguaje corporal.
    Cierto es que determinados actos subconscientes pueden ser interpretados de muy distintas maneras, por ejemplo y como nuestra queridísima An nos comenta, al hilo del bolígrafo, puedo afirmar que este gesto es equivoco de todas todas, pues si bien aunque mayoritariamente esta asumido que jugar con el descuidadamente es símbolo de que no rasques que no hay, el hecho de hacerlo girar entre los dedos significa en la mayoría de los casos que aquí hay chicha para ti, pero ten cuidado no vaya a ser que la pilles pensando en otro, y el único que cena esa noche es el. Aun así yo voto por que todas las mujeres fueran así de sencillas, pero eso es una utopía, por desgracia para nosotros tendremos que seguir imaginando, cavilando, calculando y arriesgándonos en saber que quiere decir una mujer cuando te mira sin mirarte y cuando te mira fijamente, si alguien tiene una regla nemotécnica para esto, por favor que le haga una favor a la humanidad (me refiero así por que soy la mitad de la humanidad) y lo publique.

    Smeagol es bueno, Smeagol hace caso del Amo.

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