lunes, 25 de junio de 2007

Perspectiva

Todo en este mundo es cuestión de perspectiva. Buscar trabajo no es una excepción, y no termino de entender los nervios y el estrés que genera en muchas personas el hecho de someter su vida, obras y milagros a la evaluación por parte de un entrevistador. Ese sentimiento de “encogerse” delante de un empleado de recursos humanos mientras que escruta nuestro currículum buscando coincidencias entre lo que ellos quieren y lo que tú sabes hacer.

Y es que hay que dejar de ir a la caza del trabajo con las orejas gachas y el rabo entre las piernas. Es una cuestión de cambio de perspectiva. No buscas trabajo, ofreces servicios. Esas pocas líneas del currículum que explican lo que has hecho, lo que has aprendido, lo que sabes hacer, te han costado muchas horas de dedicación, estudio, penas y alegrías. Todo lo que has conseguido aprender, lo que sabes hacer bien, tus aspiraciones, el software que utilizas, los idiomas que hablas, incluso el hecho de ser poseedor de un papelito rosa que te capacita para conducir un vehículo de motor, todo, te ha costado tiempo y esfuerzo. Y son esas habilidades las que pones a disposición de la empresa que crea necesitarlas.

No pides nada, sólo lo que es tuyo por derecho. Estás ofreciendo algo único, una vida de aprendizaje como no existe otra, pues es la tuya. Y piensa que todo en este mundo te enseña algo. Desde ese verano en Irlanda, hasta la última ruptura sentimental, pasando por aquella bronca que tuviste con tu jefe, los seis meses de curro mal pagado en una ETT o el año sabático que te cogiste para recorrer la India. Todo tiene un valor, todo te ha hecho crecer como persona.

Ahora toca explicar qué te aportaron esas experiencias, qué es lo que has sacado de ellas. Explicar, no justificar. No pidas disculpas por haber estado dos meses en paro, cuenta que aprovechaste ese tiempo para aprender a cocinar, que descubriste un museo que aún no conocías, que ayudaste a tu hermanito con sus deberes, que aprendiste a bregar con los funcionarios, que empezaste a aprender japonés o que vendiste postales de UNICEF. Cuenta como cada línea de tu currículum lleva detrás meses, años, días de experiencias enriquecedoras, que te ayudarán a llevar a cabo los cometidos en tu nueva empresa.

Recuérdalo siempre, no buscas trabajo, ofreces servicios, y tienes mucho que dar porque eres únic@.

2 comentarios:

  1. Me encantó tu punto de vista, nunca lo había pensado por ese lado... Es más, creía todo lo contrario, que buscar trabajo era casi pedir un favor... Gracias por compartirlo! Es un muy buen consejo!

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  2. Hace poco pensé lo mismo que tú porque toda la formación y experiencia que vamos adquiriendo es para tener más que ofrecer a las empresas que nos contraten.
    De hecho ellas buscan a alquién que de el perfil para su empresa, son ellas las que dependen realmente de nosotros y no al revés porque, sin personal, ninguna empresa funciona).
    Otra cosa que siempre pienso es que el no ya lo tienes y no vale la pena ponerse nervioso pero, en mi caso, no hay manera, mis nervios acaban por salir.
    Nosotros tenemos la sartén por el mango aunque no lo parezca

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