La campaña se está calentando por momentos. No es nuevo, lo esperábamos todos, y es lo habitual en este tipo de situaciones.
No obstante, tengo que admitir que no esperaba ciertos comportamientos por parte de ciertas personas.
No creo que el fin justifique los medios. Y opino que en esta campaña se están cortando las cabezas equivocadas. Castigar al mensajero siempre ha sido mala política. Desde un punto de vista de pura estrategia, porque nos impide enterarnos de por dónde van los tiros, y desde un punto de vista ético, porque es el que menos culpa tiene, de lo que sea.
Una pena, pues, que se pierdan de vista los valores del karate, del deporte, de la moral más básica y la ética más simple por defender un cargo, un sillón, una poltrona, una pequeña parcela de poder que ni siquiera está garantizada si ganan los que están.
Si los que se supone que son garantes de la ética y la profesionalidad en nuestro deporte empiezan a jugar sucio.....
..... pobrinos de nosotros
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