Faustino Soria Morales, presidente de la RFEK, falleció hace unos días.
En todos los foros que conozco donde se habla de karate, los mensajes de condolencias se suceden, se acumulan, y nos recuerdan la tragedia de la familia, los alumnos y los amigos, que han perdido una pieza de sus vidas para siempre.
La muerte de un ser querido, y más si es de forma súbita e inesperada, es un golpe muy duro para los que quedan aquí, y el dolor que sienten me parece merecedor del más profundo respeto.
Por eso me indigno, me cabreo, me sale humo por las orejas, cuando leo las noticias que van apareciendo en los medios sobre este asunto. Noticias especulativas, con o sin fundamento, que sólo alimentan el morbo de los que buscan emociones fuertes y mojar en la sangre y la pena ajenas.
No quiero imaginar el dolor de sus allegados cuando descubran en periódicos locales, nacionales, minoritarios, principales, en cualquiera (hoy en día todos son accesibles gracias a la red) algunos de los artículos que se han redactado estos días.
Desde aquí, quiero reiterar mi disgusto por los acontecimientos, y expresar mi repugnancia hacia los medios que, como buitres alrededor de un despojo, se nutren de sucesos, cuanto más retorcidos, mejor. Confío en que algún día se conocerá la verdad de todo este asunto para que aquellos que hoy le lloran puedan, por fin, descansar.
Hasta ese día, señores de la prensa, por favor, dejen de difamar, de exagerar, de especular, de buscar el titular fácil. Por favor, dejen a los muertos en paz.
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